Escondido en una calle paralela a la Travesera de Gracia, entre la calle Tuset y la ruidosa calle Balmes, se encuentra este local imperturbable al paso del tiempo. Un rincón marcado por la estética de los años 60 que aún hoy se mantiene extraordinariamente moderno. Fruto del sueño alocado de dos amigos – Alfonso Milà (arquitecto) y Leopoldo Pomés (fotógrafo)– nace el Flash Flash, un clásico entre los clásicos.
Obra de los arquitectos Federico Correa y Alfonso Milà, el Flash Flash abrió sus puertas hace 46 años y desde entonces, ha abierto cada día ininterrumpidamente hasta la madrugada (solo cierra el día de Navidad). Un restaurante de carácter informal y fresco especializado en tortillas de todo tipo (¡incluso hay de postre!) servidas por unos camareros de trato impecable.
Son memorables las fotografías en riguroso negro y de tamaño natural de una fotógrafa en acción – Katrin, la esposa de Pomés – cubriendo las paredes de todo el restaurante. Todo está estéticamente cuidado hasta el mínimo detalle. También el baño es digno de visita. (¡No dejéis de echarle un vistazo!)
No solo representó un impacto de modernidad cuando se inauguró en 1969, aún hoy recibe visitas continuas de estudiantes y arquitectos de todo el mundo que se acercan a estudiarlo y admirarlo.
Esta semana, coincidiendo con las Jornadas de Síntesis del Congreso de Arquitectura, el Flash Flash abrirá un pop-up restaurant en el vestíbulo del Colegio de Arquitectos (Plaza Nova, 5). Si aún no lo conoces, no dejes pasar la oportunidad de probar sus tortillas entre ponencia y ponencia.