La luz entra en cascada por los ventanales del techo artístico, de inspiración mozárabe, mientras cada rayo se va acomodando poco a poco en un punto neurálgico, justo donde se ubica la mesa del escenario, creando un efecto óptico hipnótico, casi mágico, pero a la vez aportando calidez al resto del espacio para hacerlo más que acogedor.
Hace un par de meses pudimos comprobar como la Sala Francesc Cambó del Recinto Modernista de Sant Pau se convertía en el escenario perfecto para celebrar la Jornada Agua, bien común. Retos y futuro ', organizada en colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona y la plataforma Agua es Vida. Una delicia, referente del patrimonio y la cultura de Barcelona, que se restauró en 2009 y que hoy ofrece salas reformadas con el equipamiento técnico más novedoso y con el encanto del mejor modernismo de Domènech i Montaner.
Y es que el éxito de un evento se basa, muy a menudo, en la elección del espacio idóneo, aquel que se adapta a nuestras necesidades. Un buen auditorio para una conferencia, un hall fresco y acogedor para un cóctel o un coffee-break, una sala bien equipada para una dinámica de grupo...
Uno de los puntos a tener en cuenta para crear el mejor clima, es acertar con la capacidad. La clave es encontrar un lugar que se ajuste al aforo previsto, no excesivamente grande para eventos multitudinarios y no demasiado pequeño para los que sean de formato más reducido. Una apuesta arriesgada ya que a menudo el espacio se escoge antes de hacer la difusión del acto o de abrir las inscripciones y saber el número real de inscritos.
También hay que tener en cuenta los servicios complementarios que ofrece: guardarropa o aseos, entradas accesibles, zonas de descanso... Así como el equipamiento técnico de la sala, la acústica e iluminación natural o artificial, y si el espacio dispone de salas polivalentes para grupos de trabajo reducidos o espacios para exposiciones y b2b.
Un espacio con carisma puede convertir un acto ordinario en un acto único que quede grabado en la memoria y sorprenda al participante. En Manners nos gustan los retos y nos arriesgamos a adaptar los emplazamientos más inverosímiles -un bar, un mercado, un barco...- a las necesidades del acto. Sea cual sea el lugar, nos esforzamos para hacer del espacio elegido el mejor marco para disfrutar del evento.